La fisiologÃa humana trata de explicar la manera en que nuestro cuerpo funciona, el mecanismo de señalización ente células y tejidos. Estos procesos complejos y equilibrados me parecen fascinantes.
Uno de los fenómenos que estudia esta ciencia es el movimiento muscular, para entender este proceso vamos a comenzar por conocer un poco acerca de las neuronas. Las neuronas son también conocidas como células nerviosas, estas no solo se encuentran en el cerebro, nuestro cuerpo está por completo conectado por células nerviosas; tienen la función de transmitir y recibir información en forma de señales electroquÃmicas (Antes de continuar te invito a observar la Figura 1 que se encuentra aquà abajo para entender la siguiente descripción). La señal viaja a través del axón y sale por la terminal del axón que está conectada a las dendritas de otra neurona (Figura 1), este patrón se repite hasta que, en este caso, llega a las células musculares, quienes reciben la información (señal eléctrica) que les indica que deben moverse.
Por tanto, cada vez que hacemos un movimiento hay una red de señalización entre neuronas y células musculares detrás, sin embargo, el movimiento de los músculos responde a una condición.
Ley del todo o nada
La señal electroquÃmica que reciben los músculos a través de
las neuronas debe alcanzar un umbral de excitabilidad que se conoce como
potencial de acción. Supongamos que una baterÃa tiene que llenarse al 100% de la
señal electroquÃmica para que el potencial de acción suceda y en consecuencia
el músculo se mueva, si la baterÃa solo se llena un 20% el potencial de acción
no sucede y el músculo no se moverá, no lo hará al 50% o 70%, incluso al 99%,
debe ser 100%. Esta intensidad al 100% de señal eléctrica recorrerá todas las
neuronas hasta llegar a las células musculares de manera constante y sin
fluctuaciones. Es por esto que se
conocer como la ley del todo o nada, pues ocurre como un todo, manteniendo su
fuerza o no ocurre1.
El cristianismo se trata de un todo o nada
Considero que el cristianismo al igual que el movimiento de los músculos, responde a la misma condición, todo o nada. Un cristiano no es alguien que siente admiración y conmoción por el ministerio de Jesús, es aquel que se ha comprometido con todo su ser con la persona de Cristo2. Están consientes que se trata de un todo o nada2 pues mueren a ellos mismos para que Cristo viva en ellos. Entienden que no se trata de seguir reglas o dejar de hacer cosas para ser salvos, tratan de obedecer porque Jesus ya ha empezado a salvarlos de ellos mismos. “No con la esperanza de llegar al cielo como recompensa de sus acciones, sino inevitablemente queriendo comportarse de cierta manera porque una cierta visión del Cielo ya está dentro de ellos.”3
La mejor decisión que puede tomar alguien es seguir a Jesús, una decisión que va a cambiar el rumbo de su vida porque afecta cómo se percibe a si mismo y la manera en que vive. Cuando una persona decide de TODO CORAZÓN hacer a Jesús el Señor de su vida los demás se dan cuenta de esto, porque hay algo sobrenatural en su semblante, sus palabras ahora traen consolación donde antes habÃa condena y victimismo, su compañÃa es ahora muy agradable y las personas a su alrededor son expuestas al milagro que solo el amor de Jesús puede provocar, simplemente está reflejando lo que hay en su corazón, el espÃritu de Dios.
Si has tomado la decisión de seguir a Jesús con todo tu corazón, eres parte del remanente que ha elegido pasar por la puerta angosta. Has elegido a Cristo y eso es suficiente para ser justificado delante de Dios, el pecado ya no tiene poder sobre ti y ahora eres considerado hijo(a) de Dios. Espero que seas consciente de lo que Cristo provoca cuando lo elegimos, no solo el efecto que tiene en ti sino lo que sucede con las personas a tu alrededor, tienes el potencial de provocar un movimiento de acuerdo a la voluntad del Padre, ser un agente de cambio en tu generación y establecer el reino en tu trabajo o escuela. Asà que no te desanimes por las dificultades del dÃa a dÃa o el no ver resultados instantáneos, el Señor quiere usar tus dones, sanar tus heridas y llevarte a cumplir el propósito por el cual estás viviendo en este planeta. Te animo a permanecer y mantener el fuego encendido.
“Mi mandato es: “¡Sé fuerte y valiente! No tengas miedo ni te desanimes, porque el Señor tu Dios está contigo dondequiera que vayas”».”Josué 1:9 NTV
Referencias