La coexistencia de las bacterias
Supongo que no es novedad para ti leer que tienes seres vivos viviendo dentro de tu cuerpo, imaginarlo es un poco extraño, ahora, si eres ajeno a estos temas probablemente te sorprenda leer esto y más si estos seres vivos en su mayoría son bacterias, te doy un dato: cada individuo humano alberga unos 100 billones de bacterias de unas 400 especies distintas1. Uno de los lugares donde se encuentran comunidades de bacterias es el intestino, estas comunidades también se conocen como microbiota intestinal o flora intestinal, aunque es común relacionar la palabra bacteria con algo malo, las bacterias que viven dentro de tu intestino no son malas (esto es real si estas sano) puesto que la gran biodiversidad de especies dentro del ecosistema intestinal facilita la vida y el desarrollo de la microbiota y del anfitrión humano1.
Hace unas semanas fui a un congreso en el Instituto Nacional
de Medicina Genómica y escuchando una ponencia impartida por el Dr. Osbaldo
Resendis-Antonio, me asombré al entender como las diferentes especies de bacterias
intestinales coexisten en una comunidad ya sea en competencia o convivencia. En su artículo, Diener y colaboradores (2020) mencionan que hay
especies bacterianas que compiten por los mismos recursos2, yo le
llamo alimento, una especie de bacteria entra en conflicto con otra por el
mismo “alimento” y comienza una lucha por ganarlo, obviamente, gana el más
fuerte. Otro subconjunto de bacterias está conectado por una red de
interacciones cooperativas2, es decir, algunas especies de bacterias
aprovechan los “desechos” de otra especie para sobrevivir creando una red de
relaciones, ayudándose entre ellas. La mayoría de las especies no sobreviven
ellas solas cuando se encuentran en competencia con las especies más dominantes
de su comunidad, por lo que la presencia de más miembros en su red de
interacciones facilita su supervivencia y evita su extinción3.
El principio de exclusión competitiva de Gause
Quiero enfocarme en el primer grupo de bacterias, aquellas
que compiten por un recurso en común. Existe un principio que explica este
fenómeno llamado “principio de exclusión competitiva de Gause”, el cuál
menciona que dos especies no pueden necesitar un conjunto de recursos iguales
en un mismo hábitat y coexistir de manera estable, ya que al contar con las
mismas necesidades se encontrarán compitiendo por obtener los mismos recursos4.
Si esta competencia comienza y el recurso es limitado, el competidor más débil será
empujado hacia la extinción como se observa en la figura del primer caso, o
como se ilustra en la figura del segundo caso, sufrirá un cambio gradual para
que una de las especies utilice un recurso diferente, ocupando un área distinta
del hábitat5.
Apenas tocamos a los perdidos
Si has asistido a la iglesia, has escuchado el término “la
gran comisión”, mientras estudiaba sobre la coexistencia de las bacterias
pensaba en eso, aquel mandamiento que Jesús nos encomendó:
Por lo tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Enseñen a los nuevos discípulos a obedecer todos los mandatos que les he dado. Y tengan por seguro esto: que estoy con ustedes siempre, hasta el fin de los tiempos».
Mateo 28:19-20 (NTV)
Hace unos meses terminé de leer un libro de la teología de
dominio que el Ps. Mark Legters me recomendó, se llama “El Paraíso Restaurado”
escrito por David Chilton6, este libro desmintió mitos que tenía acerca de la segunda venida de Jesucristo y como esto influye en nuestro propósito como hijos
de Dios aquí en la tierra, y te preguntarás ¿Qué tiene que ver la teología de
dominio y la gran comisión con la coexistencia de las bacterias? Quiero que
observemos como las bacterias modelan el comportamiento de la iglesia
cristiana, tenemos dos especies, la especie 1 que representa el pueblo de Dios
y la especie 2 que representa al enemigo, ambos necesitan recursos y estos
recursos son las almas de los perdidos, aquellos que no conocen a Jesús. Y así
como sucede con el principio de exclusión competitiva de Gause, pueden suceder
dos casos, el primero, que la iglesia tome su lugar, entre al campo de batalla
ganando almas y lleve al enemigo a su extinción (porque está escrito) ó que la
iglesia se vuelva pasiva, no haga nada (porque espera que Jesús venga a
salvarlos de lo mal que los trata el mundo) y se aíslen alejándose de los
perdidos. Tristemente, el segundo caso es muy común en el siglo XXI.
Querido cristiano ¿por qué tienes miedo?
Existe una cosmovisión muy popular en la iglesia evangélica latinoamericana
que dice “la tierra le pertenece al diablo y los Cristianos sólo pueden esperar
la derrota, donde el mundo empeore tanto que haga que el Señor regrese” y esto
es una gran mentira, precisamente la mentira que satanás quiere que creas. Me
declaro culpable, yo creía eso, y al pensar así yo vivía como una cristiana
derrotada, pensando que el mundo no puede mejorar, que si va de mal en peor es
mejor para mi porque eso significa que la segunda venida de Jesús está más
cercana, pensaba que era mejor dedicarme de tiempo completo a la iglesia y dejar
mi carrera porque no tenía caso que intentara llevar el evangelio a esa área
porque el mundo no tiene remedio, etc. Si tu como hijo de Dios piensas que el
diablo está ganando, le estás facilitando su trabajo. La biblia dice en
Santiago 4:7 “Así que sométanse a Dios. Resistan al diablo y él huirá de
ustedes.” Sin embargo, los cristianos no estamos resistiendo, nosotros somos
los que huimos, le estamos diciendo al diablo: “¡Resiste a la Iglesia y
nosotros huiremos de ti!” Y satanás nos está tomando la palabra. Nos estamos portando
como el segundo caso de la coexistencia de las bacterias (Figura 2).
“Nosotros, como cristianos, solemos vivir demasiado aislados. No queremos estar rodeados por esos pecadores que insultan, hacen cosas malas y actúan como pecadores. En muchos casos hemos desarrollado una subcultura donde apenas tocamos a los perdidos. Antes bien, entramos y salimos de una sociedad en la que personas no cristianas nos atienden en los restaurantes, en las estaciones de servicio y en la tienda donde compramos nuestras provisiones sin verlos realmente como almas que necesitan a Cristo.”
-Cindy Jacobs
Dejemos de percibir al mundo como un peligro para nuestra fe
y comencemos a cultivar relaciones significativas con la gente que necesita a Cristo
en sus vidas, no estamos destinados a la derrota, tenemos la victoria. La biblia
dice:
Así dijo el Señor a mi Señor: «Siéntate a mi derecha, hasta que ponga a tus enemigos por debajo de tus pies».
Salmos 110:1 (NVI)
Entonces vendrá el fin, cuando él entregue el reino a Dios el Padre, luego de destruir todo dominio, autoridad y poder. 25 Porque es necesario que Cristo reine hasta someter a todos sus enemigos a su dominio. 26 El último enemigo que será destruido es la muerte.
1 corintios 15:24-26 (NVI)
Jesús está sentado a la derecha del Padre y volverá cuando
todos sus enemigos estén bajo su dominio, está profecía se cumplirá porque es
necesario que Cristo reine en todas las áreas. ¿Quién está reinando? Jesús,
¿Quién somete a sus enemigos? Los hijos del Padre, esos somos tú y yo. Jesús
reina desde los lugares celestiales, nosotros aquí en la tierra ejecutamos las
ordenes de nuestro Señor.
Trabajando por la expansión del Reino
La biblia dice que EL SEÑOR REINA, revestido de esplendor; el Señor se ha
revestido de grandeza y ha desplegado su poder (Salmo 93:1, NVI) y que la
tierra SERÁ llena
del conocimiento de Dios, como las aguas cubren la mar (Isaías 11:9, RV60). Notemos
el tiempo de los verbos, REINA es un verbo en presente, significa que el Señor está
reinando justo ahora, SERÁ es un verbo en futuro, significa que la tierra
estará llena de gente que conocerá al Señor.
“Por eso, ¡alégrense,
cielos, y ustedes que los habitan! Pero ¡ay de la tierra y del mar! El diablo, lleno de furor, ha descendido a
ustedes, porque sabe que le queda poco
tiempo».” (Apocalipsis 12:12, NVI). Las fuerzas del mal saben que su tiempo se
acaba, está predestinado a ser derrotado. Nosotros como hijos del Padre, no
debemos tener miedo del paso del tiempo, cada día nos lleva más cerca del
cumplimiento del conocimiento de Dios cubriendo todo el mundo. Seamos como el
primer caso de la coexistencia de las bacterias (Figura 1), no huyamos del
enemigo, resistamos, porque está escrito. Amado hermano/a, tenemos la victoria,
ahora pongámonos a trabajar.
“Cada aspecto de la vida por todo el mundo debe ser traído bajo el señorío de Jesucristo: las familias, individuos, negocios, la ciencia, agricultura, las artes, leyes, la educación, economía, psicología, filosofía y toda esfera de la actividad humana. Nada debe quedar fuera. Cristo “debe reinar hasta que haya puesto a todos sus enemigos debajo de sus pies” (1 Corintios 15:25).”
-David Chilton
Estoy segura que el Señor te ha
puesto en alguna esfera de la sociedad para que lleves la luz a ese lugar,
porque eres la luz de este mundo, así que deja de esconderte y huir de lugares
de influencia en tu campo laboral, no fuimos llamados a encogernos de hombros y
decirnos a nosotros mismos: "Así es la vida. Así es como Dios profetizó
que ocurriría. Las cosas están empeorando", fuimos llamados a establecer
el Reino en donde Dios nos ha puesto. Como comunidad cristiana debemos tomar
nuestro lugar en el mundo, no aislarnos, sino integrarnos con sabiduría, no
imitando las conductas ni las costumbres de este mundo, más bien modelando la
manera de pensar del Reino de Dios. El Reino ha llegado.
Ana López-Gurgua
NOTA: si te interesa saber más
acerca de la teología de dominio, te recomiendo escuchar las clases del Ps.
Mark Legters para que tengas una introducción al tema (Click aquí) y leer el libro El Paraíso Restaurado de David Chiltón que se encuentra
de forma gratuita en internet en formato PDF.