Tengo la respuesta genérica, para la gloria de Dios, pero aún no logro comprender su significado.
Hoy leÃa mi devocional y me encontré
con el salmo 73, wow, me sentà tan identificada, me gusta como el autor
comienza diciendo sus aflicciones y lo que sentÃa ante ellas, quejándose, soy
yo totalmente, siempre me estoy quejando, de repente entre esas lÃneas el autor
dice “Entonces entré en tu santuario, oh Dios, y por fin entendà el destino de
los perversos”, mis palabras quedarán cortas con la descripción que hace el
salmista pero creo que si has llegado a experimentar el amor de Dios
comprenderás de lo que habla, solo cuando nos acercamos a Dios es que podemos
llegar a COMPRENDER, cuando las vendas son quitadas de nuestro ojos, y entonces
me quedé sin aliento ¿cuántas veces a la semana apartamos la mirada de Dios? No
solo a la semana, que tal al dÃa, he notado que cuando paso menos tiempo
pensando en lo bueno es más fácil que “mi corazón se llene de amargura” (salmo
73:21) y comience a quejarme dejando de alabar a Dios con mi vida. Continué
leyendo y deseé que los versÃculos 25 y 26 fueran ciertos en mi corazón, porque
debo admitir que no todo el tiempo deseo a Dios más que cualquier cosa en la
tierra, y si me enfermo o siento mi espÃritu debilitar no pienso en Dios como
la fuerza de mi corazón, lo primero que pienso es “¿por qué a mÃ?, también me
pasa con la situación de mis hermanos en Cristo, veo a mis hermanos enfermos,
con problemas económicos o familiares y me pregunto “¿por qué tienen que pasar
por esto?”, pero es cuando en nueva cuenta entro en su santuario que vuelvo la
mirada a Él y “comprendo”, comprendo el por qué de la situación de tal hermano,
comprendo por qué me sucede lo que sucede, comprendo por qué dejé de disfrutar
la vida, aún en mi ingratitud y pesimismo “Dios me reclama como suya y me toma
de la mano derecha para guiarme al camino correcto” (salmo 73:23-24) y asà pasa
con los demás que han decidido seguir a Cristo.
Sin embargo, aún estaba en mi
corazón, ¿cuál es el propósito del sufrimiento? Porque sinceramente aún después
de toda esta reflexión sigo sufriendo y mis hermanos también, decir que es para
la gloria de Dios no es suficiente porque nuestra mente (finita) no entiende el
plan (infinito) de Dios, imagÃnate llegar a comprender esto con mucha claridad,
creo que explotarÃa nuestro cerebro. Dios me recordó Juan 16:33:
Les he dicho todo lo anterior para que en mà tengan paz. Aquà en el mundo tendrán muchas pruebas y tristezas; pero anÃmense, porque yo he vencido al mundo.
Leyendo un poco el contexto (es decir
los versÃculos anteriores a este).
16 »Dentro de poco, ya no me verán más; pero tiempo después, me verán de nuevo.
17 Algunos de los discÃpulos se preguntaron unos a otros: «¿A qué se refiere cuando dice: “Dentro de poco, no me verán, pero luego me verán” y “voy al Padre”? 18 ¿Qué quiere decir con “dentro de poco”? No lo entendemos». 19 Jesús se dio cuenta de que querÃan preguntarle sobre eso, asà que les dijo: —¿Se están preguntando qué quise decir? Dije que, dentro de poco, no me verán más; pero tiempo después, volverán a verme. 20 Les digo la verdad, ustedes llorarán y se lamentarán por lo que va a sucederme, pero el mundo se alegrará. Ustedes se lamentarán, pero su dolor se convertirá de pronto en una alegrÃa maravillosa. 21 Será como una mujer que sufre dolores de parto, pero cuando nace su hijo, su angustia se transforma en alegrÃa, porque ha traÃdo una nueva vida al mundo. 22 Asà que ahora ustedes tienen tristeza, pero volveré a verlos; entonces se alegrarán, y nadie podrá robarles esa alegrÃa. 23 Ese dÃa, no necesitarán pedirme nada. Les digo la verdad, le pedirán directamente al Padre, y él les concederá la petición, porque piden en mi nombre. 24 No lo han hecho antes. Pidan en mi nombre y recibirán y tendrán alegrÃa en abundancia.
25 »He hablado de estos asuntos en lenguaje figurativo, pero pronto dejaré de hablar en sentido figurado y les contaré acerca del Padre con toda claridad. 26 Ese dÃa pedirán en mi nombre. No digo que pediré al Padre de parte de ustedes, 27 ya que el Padre mismo los ama profundamente, porque ustedes me aman a mà y han creÃdo que vine de Dios. 28 Es cierto, vine del Padre al mundo y ahora dejaré el mundo y volveré al Padre.
29 Entonces sus discÃpulos dijeron: —Por fin hablas con claridad y no en sentido figurado. 30 Ahora entendemos que sabes todas las cosas y que no es necesario que nadie te pregunte nada. Por eso creemos que viniste de Dios.
31 —¿Por fin creen? —preguntó Jesús—. 32 Pero se acerca el tiempo—de hecho, ya ha llegado—cuando ustedes serán dispersados, cada uno se irá por su lado y me dejarán solo. Sin embargo, no estoy solo, porque el Padre está conmigo. 33 Les he dicho todo lo anterior para que en mà tengan paz. Aquà en el mundo tendrán muchas pruebas y tristezas; pero anÃmense, porque yo he vencido al mundo.
Jesús primero da las razones por las
que debemos animarnos o gozarnos, en pocas palabras por el pacto que Dios iba a
hacer con nosotros a través de Jesús, un pacto, un regalo, una situación que no
va a ser robada por NADIE, esto es increÃble porque cualquier cosa que tengamos
en este mundo se puede ir, cualquier cosa, salud, dinero, familia, amigos, etc.
Pero hay una cosa que no nos es quitada, que no se irá, la satisfacción que
tenemos en Dios por medio de su Hijo Jesucristo, ver a Dios como lo más
preciado en nuestras vidas y saber que jamás nos será quitado nos debe provocar
mucho gozo y satisfacción. John Piper en su libro “maravillados por Dios”
menciona:
“Nuestras vidas glorifican más a Dios cuanto más satisfechas están en él”
“Yo creo que nos deleitamos en alabar lo que disfrutamos porque la alabanza no solo expresa, sino que también perfecciona el deleite”
John Piper nos invita a disfrutar a
Dios, aún en medio del dolor y el sufrimiento, pues “Lo que el mundo necesita
de la iglesia es nuestro gozo indómito en Jesús en medio del sufrimiento y el
dolor.” (John Piper).
Recordemos que nuestro Señor Jesús ha
vencido al mundo, eso significa que es más poderoso que cualquier otra cosa, el
poderoso está de nuestro lado “¿A quién tengo en los cielos sino a ti?” (salmo
73:25) y Él esta en nosotros y nosotros en Él “él es mÃo para siempre” (salmo
73:26).
Espero que esto traiga consuelo a tu
corazón, que sientas el calor del Padre y su brazos protectores en tu vida,
ahora, quiero decirte que aún no logro entender el propósito del sufrimiento en
su totalidad, pero está bien, porque eso me mantiene ocupada buscando la
respuesta en su palabra (creo que lo hace a propósito jajaja).
Ana López Gurgua